Nos han dicho que quieres volver a nacer esta Navidad.
Mira que estás loco, ¿eh?
¿Pero no ves lo que somos y lo que estamos haciendo?
Y, sin embargo, Tú quieres venir.
Ya no sé si con tu gesto testarudo de volver cada Navidad
estás pretendiendo decirnos algo:
Que tenemos que dejar de ser lobos
para volver a ser hermanos.
Que no perdamos tanto tiempo en criticar
y nos pongamos seriamente a trabajar.
Que nadamos en abundancia mientras hay hermanos nuestros y tuyos,
que sufren hambre de pan, de cultura, de libertad y dignidad.
Que Tú tienes un mensaje que se llama Evangelio
que todavía no es Buena Noticia para todos,
porque nosotros lo malinterpretamos y malvivimos.
Que tenemos miedo de vivir
y cerramos nuestro corazón a los hermanos.
Que nos preocupamos mucho por nosotros,
y nos justificamos ante Ti dando limosnas.
Que no sabemos compartir
y que Tú sigues encontrando nuestras puertas cerradas...
Si es así, Jesús, ven a nuestras casas en esta Navidad.
Ven a nuestro pueblo, a nuestra parroquia.
Ven a nuestro mundo.
Y ven, antes que nada, a nuestro propio corazón.
Mira que estás loco, ¿eh?
¿Pero no ves lo que somos y lo que estamos haciendo?
Y, sin embargo, Tú quieres venir.
Ya no sé si con tu gesto testarudo de volver cada Navidad
estás pretendiendo decirnos algo:
Que tenemos que dejar de ser lobos
para volver a ser hermanos.
Que no perdamos tanto tiempo en criticar
y nos pongamos seriamente a trabajar.
Que nadamos en abundancia mientras hay hermanos nuestros y tuyos,
que sufren hambre de pan, de cultura, de libertad y dignidad.
Que Tú tienes un mensaje que se llama Evangelio
que todavía no es Buena Noticia para todos,
porque nosotros lo malinterpretamos y malvivimos.
Que tenemos miedo de vivir
y cerramos nuestro corazón a los hermanos.
Que nos preocupamos mucho por nosotros,
y nos justificamos ante Ti dando limosnas.
Que no sabemos compartir
y que Tú sigues encontrando nuestras puertas cerradas...
Si es así, Jesús, ven a nuestras casas en esta Navidad.
Ven a nuestro pueblo, a nuestra parroquia.
Ven a nuestro mundo.
Y ven, antes que nada, a nuestro propio corazón.
(Parte del material enviado por Mª Dolores Garciperez FI)